Son muchos los años que llevo con mi marido los mismo años que llevo viendo en casa de campo de mis suegros un coche parado al que no se le da otro uso que el de trastero. La verdad que es una pena ya que es un coche que en su día funcionaba bastante bien, como mi suegro no tiene carnet se lo compraron a mi marido, pero claro al casarnos nosotros ya nos compramos uno por nuestra cuenta y en vez de venderlo en su momento que seguro que le hubieran sacado algún beneficio lo dejaron allí por si alguna vez su hija se animaba y lo quería coger. El caso es que ella se sacó el carnet y dijo que ese coche no le gustaba que no era un coche de chica y le compraron uno que a su parecer si era de chica, claro el tiempo iba pasando y el coche cada día se iba deteriorando más, los gatos que hay en el campo se subían arañando la pintura, las avispas encontraban el sitio ideal para hacer sus panales dentro del motor, los neumáticos fueron perdiendo el aire hasta que las ruedas han acabado en el suelo, la verdad que una autentica pena ya que el coche que estaba en perfecto estado en su día al final ha acabado siendo un vehículo viejo al que hay que echarle dinero para conseguir dejarlo en condiciones.
Evidentemente venderlo ya es imposible nadie va a pagar por un coche en esas condiciones, cualquiera debe invertir una buena cantidad de dinero en arreglarlo y poner recambios en condiciones, por eso sigue en el campo terminándose de estropear. Claro a mi suegro le daba pena llevarlo a un desguace y aun que siempre ha dicho que era lo mejor que podía hacer no se atrevido en estos años, por eso los otros días que fuimos al campo yo se lo recordé y nos dijo que buscáramos un desguace que fuera a recogerlo, la verdad que no salíamos de nuestro asombro pensábamos que se trataba de un a broma, por eso hicimos hincapié y parecía estar más que decidido. Busqué información para dar de baja un coche y me encontré con la gran suerte de que es el propio desguace el que se encarga de todo, nos pusimos en contacto con ellos y en el campo por fin hay un trato menos del que ocuparnos.